Mamá aprende de mi… ¡se llegar sólito a donde yo quiero!

Hoy os cuento una cosa que no vais a creer… ¡¡ soy el maestro de mamá!!

¡Si! ¡si! ¡no te rías! Lo digo en serio, verdad, verdadera.

Mamá se lo contaba a papá la otra noche… le decía que no había mejores lecciones que las que yo le doy cada día… que ella debería aprender de mi.

Mamá continúa trabajando, dice que pronto tendrá que dejar de ir a la oficina. Que se avecina una nueva vida, que se tiene que poner a estudiar no se qué de una oposición, no se qué de un trabajo mejor y no se qué de estabilidad para darme todo lo mejor. Yo no sé que significa esa «nueva vida» pero a ella cada día que pasa se la nota un poco más feliz.

Acabo de cumplir los 9 meses. Mamá llevaba meses detrás de mi, a cada rato que teníamos libre, dejándome en el suelo y poniéndome obstáculos para que yo los esquivara… también alejaba mis juguetes de mis manos para que yo los alcanzara. Reconozco que me he enfadado con ella muchos días porque no me ayudaba a alcanzar mis juguetes. Pero… ¿saben que? ¡ Que ya no necesito su ayuda! ¡¡ Por fin sé ir sólito a por ellos!!

¡¡A CUATRO PATAS VOY!! Siiiiii como lo oyen, o lo leen… me pongo a cuatro patas como el perro y llego a donde yo quiero.

¡¡ Que feliz se puso mamá cuando me vio moverme como el perrito!! Creo que hasta se emocionó… y yo ¡¡yo!! Aunque reconozco que aún me cuesta mi esfuerzo, con verla a ella sonreír, ya tengo motivos más que suficientes para seguir moviéndome como los perritos.

Mamá le decía a papá la otra noche… mi niño me ha dado hoy una lección: «no importa cuanto tardes en alcanzar tus sueños, no importa si vas lento, o rápido, ni si te caes y te raspas por el camino… lo importante, en esta vida, es luchar por ellos… si cada día dedicas un poquito de tu tiempo, si eras constante, si pones de tu parte, ¡todo lo puedes lograr!»

Pues aquí me tienen señores y señoras, soy el mejor maestro para mamá. Y a ti… ¿que te ha enseñado hoy tu hij@?